España: El centro de descarbonización de Europa

España puede alcanzar las emisiones cero en 2050 mediante el aprovechamiento de las dotaciones naturales del país y las nuevas tecnologías para desbloquear un crecimiento sostenible e inclusivo.

En un mundo que está acelerando los esfuerzos para combatir el cambio climático y en medio de una creciente incertidumbre económica y geopolítica, España podría desempeñar un papel estelar. La riqueza de recursos naturales, el desarrollo de infraestructuras y las profundas capacidades técnicas del país lo sitúan en una posición ideal para liderar una transición verde. 

El análisis, realizado por McKinsey Sustainability, ha identificado cinco características clave para esta transición: 

  1. Es urgente, dados los posibles riesgos físicos asociados al aumento de las temperaturas. 
  2. Es posible, como sugiere nuestro escenario de cero emisiones netas.
  3. Es significativa en su escala y alcance. 
  4. Además, estará impulsada por la tecnología, ya que el desarrollo y el despliegue de nuevas tecnologías con bajas emisiones de carbono serán los elementos fundamentales de la transición.
  5.  Y será rica en oportunidades. El motivo es que España puede aprovechar sus dotaciones naturales y capacidades técnicas para liderar a Europa en la transición y crear un impacto socioeconómico sustancial en el camino.

La urgencia de que España redoble sus esfuerzos no es baladí. En un escenario en el que las temperaturas globales alcancen los 2°C por encima de los niveles preindustriales, algunas partes de la región sur del país verían más de 45 días al año en los que la temperatura máxima diaria supera los 37°C.

Varias zonas se enfrentarían a la posibilidad de sufrir más de seis meses de sequía al año, lo que supondría una posible disminución del 25% de la disponibilidad de agua en cuencas críticas. Además, se producirían impactos perjudiciales en los rendimientos de cuatro cultivos críticos -uvas, aceitunas, tomates y trigo- que en conjunto representan el 40% del valor de la producción agrícola bruta de España. 

El sector turístico también se vería gravemente afectado, ya que las temperaturas abrasadoras disuadirían a los turistas de visitar el país durante la temporada de verano.

Objetivo de reducir las emisiones de gases invernadero 

Como miembro de la Unión Europea, España se ha comprometido a cumplir los objetivos de la agenda climática del bloque comercial. 

La Unión Europea ha fijado el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030 en comparación con los niveles de 1990, con calendarios exigentes para las distintas industrias. Las propuestas reflejan los objetivos de la Ley Europea del Clima y afectan a ámbitos como las energías renovables, la eficiencia energética y el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (ETS). 

La invasión rusa de Ucrania y el consiguiente impacto en los precios de la energía han llevado a Europa a redoblar estas propuestas, como se anuncia en el plan REPowerEU. La agenda regulatoria española se basa en muchas iniciativas españolas y de la UE, por ejemplo a través del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIE)2 , que establece un ambicioso objetivo de reducción del 31% de las emisiones entre 2019 y 2030. Esto ayudará a España a ponerse al nivel del resto de la Unión Europea, que ha reducido sus emisiones netas en aproximadamente un 28% desde 1990, mientras que las emisiones netas de España han crecido un 9% en el mismo periodo.

Aunque las emisiones de España han ido disminuyendo en los últimos 15 años, desde 2013 el ritmo de descenso ha bajado a aproximadamente 2 MtCO2e al año.3 Este ritmo tiene que ser cuatro veces más rápido si España quiere alcanzar sus objetivos de descarbonización en 2030, y cinco veces más rápido después para llegar a cero neto en 2050. Sobre esta base, este documento considera dos escenarios. El primero se basa en las políticas actuales, mientras que el segundo plantea una transición verde más rápida. El segundo, el escenario neto cero, propone una vía ambiciosa centrada en acelerar los esfuerzos de reducción de España. Supondría reducir las emisiones en un 46% para 2030 (a partir de 2019) -lo que equivale a reducir unas 130 MtCO2e- y alcanzar las emisiones netas cero en 2045 y las emisiones netas negativas en 2050. Esto se compara con una reducción del 33% para 2030 y del 85% para 2050 en el escenario de «políticas actuales».

Innovación e inversión para conseguir los objetivos “Net-zero”

En el escenario de emisiones netas cero, España se transformaría en un líder regional y un centro de energía limpia. Sin embargo, alcanzar ese objetivo requerirá una importante inversión de capital. El escenario neto-cero requerirá un gasto de capital de 2,5 billones de euros para tecnologías y procesos verdes de aquí a 2050. Esto equivale a una media de 85.000 millones de euros al año, es decir, alrededor del 6,2% del PIB español. Las principales áreas de gasto serán el transporte, la energía y los edificios. La inversión en este escenario apoyaría 1,1 millones de puestos de trabajo al año de media durante el periodo de 30 años.

Las innovaciones más interesantes se darán en tres áreas: electrificación, hidrógeno verde y biocombustibles. España tiene un historial de liderazgo en energías renovables. Con más de 28 GW, tiene la segunda capacidad instalada de generación eólica de Europa, después de Alemania. Junto con unos recursos solares envidiables, puede producir energía renovable a un coste inferior al de otras economías europeas y continuar con el rápido ritmo de descarbonización mostrado por su sector eléctrico en los últimos 15 años. 

Esto, a su vez, significa que podría convertirse en uno de los productores más competitivos de hidrógeno verde, necesario para una profunda descarbonización en sectores difíciles de electrificar o reducir. Los biocombustibles también serían una tecnología clave para el viaje de descarbonización de España, sirviendo como tecnología de transición en múltiples casos de uso.

Una transición ordenada y productiva

Algunos sectores son más difíciles de reducir que otros, y otros son más urgentes debido a su alta intensidad de emisiones. Los sectores del transporte y la industria en España representan en conjunto más del 55% de las emisiones del país y, por tanto, son áreas clave para alcanzar las emisiones netas cero.

La regulación por sí sola no será suficiente para avanzar en la agenda del cambio en España. En su lugar, la sociedad española necesita actuar de forma colaborativa. Y la próxima década será crítica: habría que invertir más de 700.000 millones de euros en tecnologías verdes de aquí a 2030 para acelerar el ritmo de descarbonización en línea con nuestro escenario neto cero.

Planteamos nueve elementos clave que producirían una transición ordenada y productiva, como la innovación tecnológica, la ampliación de las cadenas de suministro y las infraestructuras de apoyo, y los recursos naturales. También prevemos tres ajustes económicos y sociales para la transición: poner en marcha estructuras eficaces de asignación de capital y financiación, gestionar los cambios de la demanda y los aumentos de los costes unitarios, y abordar los impactos socioeconómicos.

Por último, para progresar se necesitarán mecanismos de habilitación que incluyan normas y protocolos de mercado, la colaboración entre los sectores público y privado y el apoyo de los consumidores. Mediante estos esfuerzos combinados, España puede superar las barreras a la descarbonización, realizar la transición más rápidamente que sus pares y convertirse en un actor principal en la transición verde de Europa.

Fuente: McKinsey Sustainability (2022)

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